viernes, 16 de agosto de 2013

Con sombras y Luces



Christopher Chávez, es de Chile y vive en la cuidad de Chillán. Es Diseñador Gráfico y desde hace casi dos años se dedica por completo al Paleoarte.
El diseño gráfico le aporto las herramientas digitales básicas, pero con la practica logro la técnica y estilo propio.
Todos los casos que hemos visto hasta ahora se dan que la pasión por los dinosaurios se da en la infancia, será que estas criaturas gigantes fascinan a los niños, y desde ahí nace esta pasión por los fósiles.
Comenzó dibujando dinosaurios que veía en películas blanco y negro a los 5 o 6 años de edad, prosiguió la colección de juguetes, los documentales, y demás temas relacionados con los dinosaurios. En ese época los dibujaba con papel y lápiz  con la educación formal consiguió las herramientas digitales como photoshop y otros programas, pero algo no cambio en los dibujos la luces y sombras permanecieron en ellos como protagonistas.
Nos cuenta que: "... Siempre me apasiono el tema de revivir el pasado remoto...y sus fascinantes criaturas..y no solo dinosaurios, sino también, las criaturas antes y después de ellas...las cuales fueron muy diversas de igual manera.."
En el paleoarte encuentra una ventana abierta hacia el pasado, con solo saber que en donde caminábamos hoy en día hace millones de años atrás caminaban fascinantes criaturas tanto marinas como terrestres, quizás donde vivíamos podía haber sido un fondo marino, reflexiona sobre las criaturas que vivían, luchaban, se adaptaban y caminaban sobre el planeta en el cual vivimos hoy.
Desde la explosión cámbrica donde están los primeros tetrápodos, hasta mega insectos del carbonífero, los reptiles muy similares a los mamíferos, luego los dinosaurios, las aves que son los dinosaurios de la actualidad, la extinción en donde los mamíferos tomaron el reinado de la Tierra hasta el hombre quien es que tiene la capacidad de recordar, imaginar, y reconstruir el pasado para aprender de él, evitar los errores y cuidar nuestro planeta. Todos estos aspectos forman parte de sus trabajo.
Christopher trata de apegarse a los datos científicos ya sean que los obtenga por internet o por colegas del área, como Patricio Ocampo. Se ha esmerado en el área de tamaños y proporciones comparando con figuras de conocimiento general o a escala del hombre.
Participo de la cumbre de Paleoarte realizada por GRINPACH hace muy poco, donde obtuvo un reconocimiento por participar en él.
Se inspira en las obras del paleoartista canadiense Julius Csotonyi, admira su estilo ya sea en herramientas digitales como análogas.
A veces trabaja tan solo papel y lápiz, y dejar correr su imaginación. El color negro en los trabajos monocromáticos crear  un efecto tridimensional. Y en las obras con color aporta sombras y luces para crear ese efecto.
Aplica su imaginación a los colores, los ojos, es decir las partes del animal que no se fosilizan, en el Edmontosaurus Dakota pudo aplicar muchos de estos conceptos.
Como el paleoarte es una continua carrera, ya está listo para sus próximos proyectos una batalla épica entre dos grandes rivales un Dilong y un Psittacosaurus.
Cree que aporta su pequeño granito de arena al arte, en poder plasmar como fueron en vida estas criaturas, no quiere que solo vean un simple dibujo sino una reconstrucción, algo dinámico casi tridimensional, algo que logro hasta el extremo de preguntarse si uso algún programa de diseño tridimensional.
Las luces y la sombras, el contenido científico y las nuevas herramientas son las armas necesarias para realizar una obra de arte pero también hay algo que no debe faltar y es ese toque único que hace que algunas obras prevalezcan sobre otras, quizás sea la luz y la sombra de cada obra y cada artista. 

Por Paola Echecury
Paso a Paso con Christopher Chavéz:











Fotográfias: Cortesia Christopher Chavéz.


















jueves, 8 de agosto de 2013

Plesiosaurios al dos por cuatro



Yo soy un pobre animal buscado
 por los ingratos y sin conciencia.
 Porque soy raro y también soy curioso
 según dice la gente por allí. Dejemén solo aquí gozando
en la soledad de este lago
¿Qué es lo que haréis con sacarme, si es en vano
 llevarme vivo de este lugar?”

El tango es la melodía especial que distingue a la zona de Argentina y Uruguay en Sudamérica y transcendió por el mundo, aunque los argentinos la sentimos más propia, también estuvo ligada al furor de los dinosaurios más específicamente a los reptiles marinos.
Corría el año 1922, y los porteños bailaban al son de dos por cuatro.  Cuando la obsesión de Clemente Onelli por encontrar a un plesiosaurus se vio plasmada en la "El plesiosaurio"  para piano de Rafael D'agostino con letra de Almicar Morbidelli.
Este tango relata la búsqueda realizada por el zoológico de Buenos Aires a comienzos de 1922 a Patagonia para capturar vivo a este animal. La expedición no tuvo éxito y regresaron sin haber visto al animal. Muchos creen que fue una estrategia de Onelli para hacer conocer la belleza de estas tierra lejanas.
Pero podemos ver  que a principios de siglo también hubo una Dinomania, de cual el Tango no estuvo exenta.

Por Paola Echecury

martes, 30 de julio de 2013

“El Hombre del Marañón”



Manuel Antonio Mesones Muro nació en Perú en  Ferreñafe, Región Lambayeque, el 16 de junio de 1862. Hijo del caballero piurano don José Mesones Ubillús de la Cotera Farfán de los Godos y doña Matilde Muro Niño Ladrón de Guevara.

Como era propio a las personas de su alcurnia  a los seis años lo enviaron a Alemania a estudiar donde se formo en Universidades como Bremen y Hamburgo, adquirió conocimientos como naturalista, geógrafo, historiador, geólogo, arqueólogo y poliglota. Todo esto lo convirtió en un erudito de sus tiempos sin duda.

Mesones Muro estudio la flora y fauna del Perú, los caudalosos ríos del Amazonía, haciendo hincapié en los pueblos originarios que habitaban la zona.
Un hombre multifacético que realizo viajes por la región del Amazonia en Perú, estos viajes estaban hecho a pie y caballo, un tarea muy ardua y dura en aquella época sin caminos viables. En uno de estos viajes  descubrió el punto más bajo y más corto entre ambos océanos, el paso de Porculla, el cual forma parte de la ruta Olmos Porculla Marañón la cual se dio a conocer en 1902, y en 1956 el Congreso de la Republica del Perú aprobó que la carretera llevase su nombre una forma  de dar homenaje y reconocimiento a sus aportes.  
Casado con doña Victoria De La Piedra, tuvo once hijos, y en uno de sus interminables viajes conoce en Motupe a doña Deyanira Saavedra Contreras, quien le dio dos hijas: Lila y Maruja.
Realizó estudios mineralógicos e históricos de las culturas hispanoamericanas y de la Amazonía. También fue un navegante prolifero demostró que a través del rio Marañón se podía llegar a Iquitos partiendo de las costas de Lambayanque en tan solo cuatro días.

Se lo conoce como "El hombre del Marañón" porque Mesones Muro es una de las personas que mas contribuyo a la unión de las rutas del Amazonia, revivió aventuras de los exploradores del siglo XVI.  

Murió en Chinclayo el 28 de octubre de 1930 sin ver la apertura de la ruta del Marañón, pero contribuyo en gran parte a la historia de Perú ampliando las vías de comunicación algo tan común hoy en día pero que sin el empreño y la perseverancia de personas como Manuel Antonio Mesones Muro no se hubiesen realizado, el los hizo en Perú, contribuyendo a construir su propia historia, que dio su vida por su país y la unidad sudamericana.

Por Paola Echecury

lunes, 22 de julio de 2013

La verdadera historia de los Dinosaurios.....



La verdad sobre los dinosaurios, es un corto de animación del 2008 de Kim Hazel, del género comedia que aborda de una manera divertida el tema de la glaciación.
Protagonizado por un T - Rex   y una media.
El dinosaurio trata de salvarse de la Glaciación tratando de abrigarse con la única prenda que posee una media (Calcetín) pero como sus brazos no son muy útiles se ve obligado a ingeniarse de algún método para colocarse la prenda.
La glaciación es un periodo de bajas temperaturas del planeta, las cuales bajan hasta una expanción de los casquetes polares y glaciares. 



jueves, 11 de julio de 2013

Annie La intrépida



Annie Montague Alexander nació el 29 de diciembre de 1867 en Honolulu Hawaii, era una naturalista, exploradora y coleccionista de fósiles. Una mujer vanguardista, ya que en una período en donde las mujeres no tenían derecho al voto, ella fundo el Museo de Paleontología de la Universidad de California (UCMP) y el Museo de Zoología de Vertebrados (MVZ) financiando sus colecciones como así también sus expediciones paleontológicas al Oeste de Estados Unidos a principio del siglo XX.

Contribuyo como benefactora por más de 40 años con los Museos, y motivo la investigación científica, una mujer incansable. Que no fue Científica pero que contribuyo con la Ciencia.
Annie provenía de una familia adinerada, como tal y de acuerdo a las costumbres de la época había viajado por Europa, Asia y el Pacifico Sur. Estudio pintura en Paris, tomo un curso de enfermera pero eso no era su verdadero entusiasmo. Una mujer intrépida que busco nuevos horizontes. Ocupaba un lugar de prestigio en la sociedad, sin embargo cambio esa vida de lujos y confort por una tienda de campaña y lodo, algo impensado para la época "Una mujer en una expedición" sin duda este hecho contribuyo al futuro del rol de las mujeres en la Ciencia.
En el otoño de 1900 Annie comenzó a tomar clases de paleontología, y la pasión por el tema de adueño de ella, contaba con una gran facilidad para localizar especies fósiles. Su posición económica le permitió financiar las expediciones.
Realizo numerosos viajes por Estados Unidos y Alaska, no solo le importaba los fósiles sino también de la flora y fauna actual la cual había decrecido por el avance del hombre, y algunas de ellas habían quedado sin registro.
Fue quien financio y participo activamente de  La expedición Saurian de 1905 que se realizo entre los meses de junio y mayo al oeste de Nevada revelo un gran depósito Triásico de ictiosaurios el más grande del mundo y el más completo de América del Norte.
Unos de sus principales protegidos fue George Gaylord Simpson, unos de los paleontólogos más brillantes del siglo.
Annie una mujer con temple de acero acampaba durante semanas hasta meses en inviernos bajo cero, con condiciones muy duras. Pese a todo esto ella siguió trabajando hasta su muerte el 10 de septiembre de 1950 con 83 años.
La historia o quizás la visión de algunas personas de la historia tiende a omitir estos personajes que realmente dejaron su impronta, Annie Montague Alexander es una de ellas, no solo por sus aportes sino por su visión y su forma de desenvolverse en la Sociedad.

Por Paola Echecury