Objetivo: Unir
caminando las Sierra de los Gigantes con el cerro Champaquí. Camino a recorrer
100 Km a través de la Pampa de Achala.
Fecha: Semana
Santa de 1998
Duración: 4 días.
25 km por día.
Lugar de Partida:
Sierra de Los Gigantes
Lugar de llegada:
Cerro Champaquí
La expedición:
Alberto Garrido y Daniel Álvarez. Estudiantes Universitarios de la carrera de
Geología.
La expedición
compuesta por los dos estudiantes universitarios partió la madrugada del 9 de
abril de 1998 de la terminal de ómnibus de Córdoba. Se bajaron en la ruta
provincial Nº 28, cerca de la pampa de San Luis.
Día 1
La marcha hacia
las sierras se produjo en silencio, la niebla se tornaba más espesa y reducía
la visibilidad. La penetrante llovizna mojaba las ropas de los estudiantes.
El clima no
mejoraba y sin mucho tiempo, debieron empezar el ascenso.
Avanzaron por el
flaco occidental del Cerro la Cruz hasta la quebrada del León. Ese parecía un
buen lugar para armar campamento ya que era tranquilo y solitario.
Un pequeño
espacio de suelo arenoso junto a un mallín cerca de un arroyo. En donde la
carpa quedaba apretada. El resto del terreno estaba conformado por abruptas
pendientes, paredes de granitos con formas caprichosas y marcadas producto de
la erosión de miles y miles de años.
Analizaron la
situación climática amenizada con la ronda clásica de mates, la cual aportaba
optimismo. Daniel que conocía bien las sierras sostenía que las condiciones climáticas
se extenderían varios días.
En cambio
Alberto era más optimista en las condiciones climáticas. Esto lo motivo a dar
un paseo que lo llevo a la naciente de un arroyo, el cual emergía de los
enormes moldes de granito. La belleza del paisaje lo hipnotizaba, las paredes y
bloques de granito captaban su atención. El ojo siempre tiende a buscar formas
reconocibles a esas formas geológicas.
Día 2
El día comenzó con una densa niebla, que
desmoronaba el objetivo. El desayuno fue matizado con sus posibilidades de
ascenso. En caso de partir antes del medio día debían retrasar su viaje un día
más. El cual implicaba faltar a la universidad un día.
Una caminata no
muy lejana al campamento, dio como
resultado un pequeño y antiguo cateo de explotación de muscovita.
Desilusionados
regresaron al campamento al medio día. Un almuerzo precario compuesto de unos
fideos, y la amarga decisión de descartar la caminata al Champaquí.
Para aprovechar
el viaje decidieron buscar un camino hasta Pampa de Achala que ahorra tiempo, y
ver la mina de uranio de "Otto Schlagintweit" Una vieja mina en desuso y custodiada.
Llegaron al
borde la sierra del cual se veían las instalaciones de la mina. Lamentablemente
no pudieron descender, tratando de encontrar una alternativa para llegar a la
mina se fue la luz, y debieron volver al campamento.
Día 3
El día empezó
con niebla, pero ligeramente comenzó a despejarse. El plan original ya era
imposible de cumplir, por lo cual buscaron caminos alternativos de la línea
divisoria de aguas. Luego de un rápido desayuno partieron hacia el norte. Pasaron
nuevamente por Cerro Cruz y llegaron hasta el pueblo de las carpas, el día había
concentrado gran cantidad de andinistas. Al llegar al pie de bloque de granito
decidieron escalarlo, aferrándose a la roca y trepándola.
Llegaron al
mojón de instituto Geográfico Militar a unos 2.374 metros de altura. Luego de
estar unos minutos bajaron y se dirigieron hacia el sur para buscar la Pampa de
altura.
Al fin llegaron
a los inicios de la Pampa de Achala, la marcha iba tranquila hasta que se
toparon con una grieta enorme, que atravesaba la Sierra de este a oeste, tenia
25 metros de profundidad y unos 5 a 10 metros de ancho.
Luego de
recorrerla encontraron un lugar por donde cruzar, en este punto sus paredes se
estrechaban hasta unos 80 cm, este era muy especifico porque inmediatamente se volvía
a ensanchar. Cruzaron la grieta y siguieron camino un poco más.
Antes de
regresar se dirigieron hacia la vertiente oriental, para poder observar el
paisaje. Luego de ver como el sol se perdía en el horizonte, emprendieron el
regreso al campamento, el cambio de planes solo les quedaba un solo objetivo a
realizar la mina de uranio.
4º día
La mañana
arranco con neblina por este motivo partieron ligeros de peso solo llevaron la
parte superior de la mochila y unos palos de madera improvisando a modo de
bastones de escalar. El camino hacia la mina se complicaba ya que la neblina se
volvía más densa por momentos. Comenzaron a pasar de una quebrada a otra
sorteando los filos con la esperanza de encontrar un sendero que los dejara
bajar sin complicaciones. Alberto sufrió un traspié que lo hizo caer,
suavemente se deslizo por la pendiente hasta que logro frenar. Una caída nada
grave y sin complicaciones.
Finalmente
llegaron a un promontorio que oficiaba de divisorio de aguas. Esta era otra quebrada
infranqueable, Alberto decidió bajar para descartar posibilidades. Y Daniel esperaría
en el filo la señal de retorno.
La vegetación frondosa no le permitía ver
donde pisaba, cuando se acercaba a una abrupta caída vertical, sintió que algo
se movía entre la vegetación, sin darle importancia continuo pensando en cómo
llegar a la mina. Cuando llego al borde
de la pared, escucho el grito de su
amigo "Alberto, tenés un puma al lado tuyo”.
Giro su cabeza y
allí lo vio, un animal hermoso de gran contextura, que con una mirada atenta se
encontraba agazapado en la vegetación, se encontraban separados por unos
escasos 5 metros. La reacción de Alberto al ver al puma, fue sacar su cámara fotográfica
para poder captar el momento, para su suerte, al felino este movimiento rápido
lo asusto y salió corriendo por las estrechas paredes de granito.
Repuesto en la posición
inicial luego de un ascenso rápido y vertiginoso. Ya más calmados pudieron ver
los enormes e increíbles saltos del puma en su retirada.
Caminaron por un
par de horas más hasta que al fin lograron llegar a las instalaciones de la
mina. La neblina una constante en todo el trayecto lo torno difícil, luego de
tomar unas muestras de minerales partieron rápidamente.
Tras un ascenso normal pero lento llegaron a
la cima, cuando no quedaba suficiente luz para la vuelta, así que sin otra
alternativa improvisaron un vivac al pie de una roca de poca altura, pusieron
coirón a modo de colchón y se cubrieron el cuerpo con papel de diario y más
coirón. Daniel desplego sobre ambos un poncho.
La inmensa negrura cubrio la noche entre risa
y charlas de las aventuras del puma. Esperaron el amanecer del día
siguiente.
5º día
Los primeros
rayos de sol levantaron a los estudiantes entumecidos y se dirigieron velozmente
al campamento, luego de un desayuno desarmaron campamento y emprendieron la
marcha hacia la ruta.
Tomaron el ómnibus
de regreso a la ciudad de Córdoba.
Lamentablemente no pudieron cumplir su objetivo, quizás algún día rematen
su aventura de estudiantes y la cumplan. Pero ese será otro relato. Basado en las libretas de Alberto Garrido.
Fotos Gentileza: Alberto Garrido